Cuando escuchas a mucha gente hablar
de este tema, no sólo se suele atacar a los dominantes tachándoles de
maltratadores, sino que se suele decir: “Los sumisos están todos cortados por
el mismo patrón.” Pues bien, en esta entrada querría dedicarme a hablar sobre
ese tema, el o la sumiso o sumisa, cómo veo yo serlo, cómo me siento yo cuando
escucho tales tonterías.
Diré que cada vez que escucho
comentarios similares sobre la personalidad de estas personas, sobre su
comportamiento en el día a día, me siento ofendida. Es decir, ¿soy Domina
porque no me apetece que cualquiera me de órdenes? ¿Lo soy porque tengo una
personalidad fuerte y que podría pisar a alguien la cabeza si me toca la moral?
¿Acaso un sumiso no puede contestar, e incluso llegar a dar un puñetazo si lo
cree necesario? Para mí los que piensen esto están muy, muy equivocados. El rol
es muy diferente a tu personalidad, que a mí me guste ser dominada y servir,
ayudar, no significa que vaya a complacerme hacerlo por cualquiera, o que se lo
permita a cualquiera. No, no, esa confusión es muy grande.
Que a una persona le guste la
sumisión no significa que le guste una vida aburrida y monótona, callando y
aguantando carros y carretas. Porque es así como nos considera la gente,
alguien a quien cualquiera puede manipular, pegar, tratar mal y pisotear. Que
por cierto, esta concepción es, ante todo, inmoral, cualquiera, tenga el rol
que tenga, y guste lo que le guste, debería ser tratado con una mínima de
educación.
Cuando a alguien le gusta que le
humillen, que le traten mal, no significa que cualquiera pueda hacerlo. ¿No es
acaso esto una relación? No tiene por qué ser única, puedes tener más de un
amo, más de un sumiso, pero tener algo semejante te hace tener alguien de quien
cuidar, a quien proteger. Y no quiero decir con ello que el Dom o Domina sean
los que deban hacerlo. En absoluto, ambas partes deben colaborar para tener una
relación cómoda y agradable, en la que haya confianza, amistad, algo más. No es
una relación amorosa —no siempre, aunque hay quien decide
juntarlo—, pero una cosa no quita la otra, a mi parecer este tipo de relaciones
a lo que más se asemejan es a una de amistad. Sin una nunca podría haber de la
otra.
Volviendo
al tema, la personalidad no tiene nada que ver con el rol que interpretes. Al
igual que nos encontraremos sumisos fuertes, decididos, impacientes, gritones,
exigentes. También veremos dominantes tranquilos, relajados, incluso tímidos.
Una cosa no quita la otra.
Se despide,
Doll.